15 jun 2008

Cuyabeno: un paraíso oculto

Por: María José Casco


Crónica

La reserva de Producción Faunística de Cuyabeno es considerada una de las áreas de mayor diversidad específica de la cuenca amazónica.

La Reserva de Cuyabeno se encuentra en el extremo nororiental de la región amazónica ecuatoriana, en la provincia de Sucumbíos, limitando Colombia y Perú. Considerada una de las áreas con más diversidad específica en el Ecuador por sus 479 especies de árboles, 514 especies de pájaros, 117 especies de mamíferos, y no menos de 176 especies de anfibios y reptiles.

Un turista tiene suerte de observar algunas de estas especies, pero debe tener mucha paciencia. Esa es una de las normas que los guías de la reserva dan a todos sus invitados. Al bajar del autobús una nueva aventura por lancha les espera a los jóvenes turistas. Dos horas de viaje con paradas alternadas se da con suerte en los ríos para ver a los animales.

Aunque el motor de la lancha no permite escuchar el sonido de la naturaleza. Gilbert, el guía de la reserva, los ayuda a centrarse en los caminos de la selva. De repente un movimiento de la mano hace que el motor deje de moverse. Comienza a silbar. De repente un ave con pico largo y poco ancho silba entre los árboles: el martín pescador sale a la vista. Al mismo tiempo una mariposa azul con líneas negras, del tamaño de dos manos juntas, pasa por a lado de los jóvenes turistas.

La lancha sigue su rumbo hasta el reencuentro con el animal más lento de la selva: el oso perezoso. Colgado entre los árboles de troncos superiores a 5cm de ancho, se alimenta de sus cortezas. A pesar de su lentitud en tierra, es rápido a la hora de nadar, y paciente para dejar sus desechos en tierra y subir de nuevo al árbol.

Las avispas, las luciérnagas, las arañas, cucarachas, salta montes, sapos son otras de las atracciones. Su belleza y su cantar en las noches hacen perder el sueño de varios turistas, pues sus diferentes tamaños, colores, y diseños los hace ver temerosos. Para un turista novato en selva, los gritos momentáneos son su compañía.

La geomorfología de la Reserva es en su totalidad el producto del movimiento de materiales desde los Andes por parte de los ríos, principalmente por el Aguarico, que une las aguas blancas por la sedimentación que arrastra desde la cordillera. Lugar que se vuelve navegable para todo el año, pero también para la visita de los delfines por la cantidad de minerales y peces que unen sus aguas.

Con tranquilidad y suerte se puede observar una de las dos clases de delfines que habitan en sus aguas. El delfín azul o rosado. Silenciosos, tímidos, es el mamífero de las aguas del Cuyabeno. Cuando andan con crías es fácil ver como saltan. Ahora sólo responden al cantar de Gilbert, y vuelven a esconderse en la obscuridad del río negro.

En tierra la reserva responde a una clasificación de bosque tropical, su flora es extremadamente diversa. En una hectárea de este bosque existen más especies de plantas que en cualquier otro.



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