24 jun 2008

El Aye Aye: el nativo de Madagascar


Cuando nace, el aye-aye tiene la cabeza muy pequeña igual que sus orejas y sus ojos saltones. Su pelaje tarda mucho en crecer y parece una rata con aspecto enfermizo. Su dedo de intermedio es el más largo y delgado


Por: María José Casco
Madagascar, ubicada al occidente del océano Indico, ha sido una isla proveedora de animales raros que han podido evolucionar por su largo periodo de aislamiento.
Entre las especies raras de esta isla se encuentran los aye-ayes, unos animales arborícolas de hábitos nocturnos. Este magnifico animal cuando alcanza su mayoría de edad llega a medir 40
centímetros de la cabeza a la cola. Su cola suele ser más larga que el resto de su cuerpo; pesa de dos a tres kilos y puede vivir hasta 23 años.

Tiene una dieta balanceada de larvas de insectos que se encuentran bajo la corteza de los árboles. Los aye- ayes pueden localizar su comida mediante golpes rítmicos sobre la corteza, pero este típico ritual los complementan con su especial tercer dedo que se encuentra en la palma de su mano. Con su largo y huesudo tercer dedo puede distinguir cualquier pequeña perturbación en el ruido que produce el golpeteo. Sus oídos son el sentido principal que lo ayudan a detectar su alimento debajo de la madera carcomida bajo la corteza de los árboles.

Aunque los aye-ayes se asemejan mucho a los murciélagos, pertenece al grupo de los lémures. Su estrafalario apariencia hace que se le considere el principal responsable del origen de la palabra lémur, que quiere decir en latín “Espíritu nocturno”.

Los aye-ayes hembras paren una sola cría, algo habitual en los lémures, y la llevan sobre su espalda durante los primeros meses de vida. Durante el día se refugian en nidos similares a los de los pájaros, que luego cambian por otros después de usarlos durante una temporada. Estos nidos están situados en la base de las ramas, siempre a más de 12 metros de altura del suelo.

El aye-aye es el único representante vivo de su género. “Una de las especies próximas al aye-aye, es el aye-aye gigante (Daubentonia robusta), que se extinguió hacia 1920”, esto según la página web de derecho animal.


Sólo existen 12 ejemplares restantes y están protegidos por el gobierno de Madagascar



Su decreciente desaparición

Su por singular apariencia la población de Madagascar acaba con él porque cree que es un demonio, y aunque su marcado destino de peligro de extinción los conservacionistas se enfrenta al reto de acabar con las supersticiones de los nativos.

El hecho es que al aye-aye lo consideran un animal poseído por los espíritus malignos una de las razones para que los nativos le teman. Tanto es así el rumor que creen que si este pequeño animalito a punta a una persona con su tercer dedo, ésta muere poco después repentinamente y de modo horrible.

Su especie desaparece a un ritmo alarmante. Tanto es la desventaja que tienen los conservacionistas por salvar a está especie que no pueden hacer nada por él hasta el momento porque los persiguen y los cazan.

Otras de las causas a su desaparición es debido a los incendios forestales, la tala indiscriminada y el aclaramiento de grandes zonas para destinarlas a la agricultura. “Hubo una época en que se pensaba que esta especie ya no existía, hasta que apareció en 1961. Desde esa fecha, el gobierno de Madagascar tomo severas medidas para preservar la supervivencia del aye aye, los 12 únicos ejemplares restantes de esta especie se encuentran protegidos en una isla reserva”. (pág web de derecho animal)




1 comentario:

Anónimo dijo...

Por ahì dicen que mientras conosco a los hombres mas quiero a mi perro